Take me away

A veces no nos percatamos que cada segundo de nuestra vida puede llegar a ser el último. Nos dejamos influenciar por los problemas que tenemos, por las confusiones que se nos presentan y arruinamos los buenos momentos. Siempre estamos alerta a cada minúsculo detalle del que podamos justificar nuestras acusaciones. Y tampoco nos animamos a correr el riesgo.
Somos cobardes cuando hay que demostrar lo que verdaderamente sentimos, pensamos. Somos cobardes cuando hay que asumir los errores.
Disfrutemos de cada momento. De cada sonrisa, de cada beso, de cada abrazo. Vivamos el hoy como si fuera mañana. Vivamos el día a día. Dejemos de pensar en lo que vendrá, pongamos la mente en el ahora. No dejemos de lado la risa ni el llanto. La risa que ilumina; el llanto que desahoga.
No perdamos tiempo en pensar que hubiera pasado; si no fue, no será. Disfrutemos de cada segundo como si fuera el último. Porque algún día va a ser así; y la vida nos va a tomar desprevenidos.